La entrada en vigor el 1 de enero de un decreto que prohíbe fumar en los 200.000 cafés, restaurantes, casinos y hoteles de Francia, bienvenida por los médicos, suscita últimas resistencias de la profesión.
Ante la última polémica, el Ministerio de Sanidad acordó el viernes dar a los fumadores la gracia de unos últimos cigarrillos en los restaurantes, renunciando a los controles después de la medianoche del 31 de diciembre. La tolerancia estará vigente durante todo el día 1 de enero.
Sin embargo, las protestas siguen vivas, en particular en los 200.000 cafés y bares en los que se venden tabaco. El presidente de la federación de estanqueros de Francia, Gérard Bohélay, habla en su blog de un "decreto deleznable".
Los cafés, hoteles, restaurantes y discotecas, sector que en Francia emplea a 800.000 trabajadores, pidieron la derogación para los establecimientos más pequeños, la autorización de fumar en las terrazas cubiertas y obligaciones menos estrictas sobre la instalación de extractores de humo.
"No hay límites, prohibirán el alcohol , y para comer en un restaurante hará falta venir con los últimos análisis de sangre", dijo Francis Attrazic, vicepresidente de la Unión de Hosteleros UMIH.
A pesar del éxito de la primera manifestación nacional el 21 de noviembre en París, los sindicatos no tienen previstas más acciones.
El Gobierno ha advertido de que no se harán ni derogaciones ni moratorias. La medida fue aplazada un año después de que la primera parte del decreto, que preveía la prohibición de fumar en otros lugares públicos, entrara en vigor el 1 de febrero de 2007.
La prohibición está justificada oficialmente por los estragos que provoca en la salud el tabaco, al que se achaca la muerte de 66.000 fumadores y 5.000 fumadores pasivos, según las cifras del ministerio.
Thierry Lévêque
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