Cuatro años después de que el sindicato CC OO -el más implantado en el sector del mármol junto a UGT- iniciara una campaña de divulgación para reclamar una mejor asistencia sanitaria en las canteras de Monte Coto, donde hay empleados más de 600 personas, la reivindicación comienza a tomar cuerpo.
El Ayuntamiento de La Algueña, municipio que se sitúa en la cara Este de dicho monte, ya ha concedido al municipio de El Pinós (en cuyo término se localizan la mayoría de las canteras) licencia y declaración de interés comunitario para que construya el consultorio médico. Los trabajadores de la cantera reciben todavía la asistencia médica en caso de accidente laboral en una caseta prefabricada donde en ocasiones un médico o un enfermero de una mutua atienden a los heridos, a veces de extrema gravedad.
El principio de acuerdo ya ha cristalizado y las obras podrían empezar en la primera mitad del próximo año, según explica a este diario el secretario comarcal en el Vinalopó de Fecoma-CC OO, la federación de la construcción y del mármol, Miguel Ángel Martínez, uno de los más fervientes defensores de la necesidad de mejorar la atención sanitaria para un colectivo tan importante de trabajadores expuestos a serios percances en el centro laboral.
La tramitación y la discusión previa entre agentes sociales y administraciones (locales y Generalitat) se ha extendido más de la cuenta, hasta el punto de que han transcurrido casi cuatro años desde que CC OO, fundamentalmente, iniciará la campaña para denunciar la precaria atención sanitaria en Monte Coto. Este diario se ha hecho eco en varias ocasiones de dicha reclamación.
Hace sólo medio año, en el mes de junio, el secretario general de la Federación de Construcción de Comisiones Obreras en la Comunidad Valenciana, José Luis Colomer, anunció en Novelda que si no se agilizaba el proyecto de atención sanitaria y prevención de riesgos se llamaría a la huelga a todos los trabajadores del mármol, de las canteras y también de las fábricas de manipulación. Al final, no se ha llegado a este extremo.
Sólo en la zona de extracción de Monte Coto, de donde se saca hacia cientos de fábricas y talleres de mármol de todo el Vinalopó y medio mundo el preciado producto crema marfil, trabajan a diario más de 600 operarios canteros y conductores de maquinaria pesada.
A esta importante masa laboral hay que sumar otros 200 trabajadores de una docena de pymes de manipulación de la piedra natural situadas en La Algueña y otros 100 de La Romana, a apenas diez kilómetros de distancia. Además, en la cantera de Cavarrasa, de La Algueña, hay unos 120 empleados. En este punto se obtiene el mármol variedad rojo Alicante, que también cotiza muy alto en los mercados internacionales, preferentemente en los asiáticos y árabes.
El proyecto económico del nuevo centro asistencial ronda los 100.000 euros, incluido el material y mobiliario sanitario. Según explica el responsable sindical Miguel Ángel Martínez, ya no ofrecerá la asistencia sanitaria la mutua que lo hacía hasta ahora: 'Cuando no se trabaja bien, sucede lo sucedido', apunta. Esa mutua ofrecía hasta ahora el servicio de prevención de riesgos colectivo e individual a la patronal del sector que preside Mariano de Juan.
Índice de incidencia alto
El mármol no es un sector que se caracterice por la gravedad de los siniestros, pero sí encabeza el índice de incidencia de la siniestralidad, según explicó en la sede de la patronal Coepa en junio del 2006 el director territorial de Trabajo, Ramón Rocamora, poco después de firmarse entre todos los agentes sociales la creación de la Comisión Sectorial de la Piedra Natural de la Comunidad Valenciana, cuyo fin primordial es mejorar las condiciones de trabajo de unos 6.000 operarios de fábricas y canteras del mármol de todo el Vinalopó, donde se concentra uno de los mayores núcleos de producción y comercialización de piedra de toda España, junto a Macael, en Almería.
En términos porcentuales, el mármol sólo representa el 3,5 por ciento de la siniestralidad laboral de todos los sectores alicantinos. Sin embargo, 'alarma el índice de incidencia, el número de siniestros por el número de trabajadores, una ratio tres veces superior a la media de la Comunidad Valenciana', según Rocamora. El director territorial de Trabajo vaticinó que esa comisión 'tiene mucho que hacer, porque el 40 por ciento de la siniestralidad en el mármol se debe a los sobresfuerzos y son problemas que afectan al sistema musculoesquelético'.
La exposición al riesgo laboral en el mármol, un sector que tiene un potencial de producción que supera los 500 millones de euros sólo en esta provincia, no sólo viene determinada por la rudeza del trabajo en sí, especialmente en canteras.
También entrañan riesgos la utilización de las resinas eposi, de gran resistencia e implantadas desde antiguo en el sector marmolero del Vinalopó para ensamblar las piezas, que han dado lugar en los últimos años a diversos episodios de intoxicación de trabajadores. La inhalación continuada de estos pegamentos ha producido diversos efectos cutáneos en numerosos trabajadores. La principal manifestación cutánea se da en forma de sarpullidos o urticarias en la piel, como informó este diario hace ahora dos años, cuando se detectó el último episodio de intoxicaciones.
En la constitución de la Comisión Sectorial, el gerente de la patronal, Juan Fernando Guillén, llegó a manifestar: 'Nos preocupa y mucho'. Trabajo y el Gabinete de Seguridad e Higiene propuso a la patronal ir cambiando las resinas por otras más inocuas. Eso ya se está produciendo gracias al avance del Instituto Tecnológico y de la compañía noveldense del empresario José Antonio García Moya, que fue dos mandatos el presidente de la patronal sectorial.
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