Readaptarse a las rutinas, los horarios y las responsabilidades al volver de las vacaciones no es fácil.
Hay quienes, incluso, sufren depresión, irritabilidad, apatía, ansiedad, insomnio y dolores al intentar retomar sus actividades después de las vacaciones.
Estas alteraciones, que afectan también a los niños cuando regresan al colegio, conforman lo que los psicólogos han denominado síndrome de estrés posvacacional.
La principal causa de esta desadaptación son los desajustes de horarios que conllevan las vacaciones, seguidos de los cambios en el ritmo diario, en las comidas y en la actividad social.
En vacaciones, la gente siente, de repente, relajada su rutina y psicológicamente se libera de ataduras, responsabilidades e incluso de tareas pendientes.
Por eso, volver a lo cotidiano, prácticamente de un día para otro, puede convertir a una persona en víctima de este síndrome que, en condiciones normales, tarda en desaparecer máximo dos semanas.
Tenga en cuenta estos consejos para evitarlo.
Haga recesos cortos
Lo ideal es tener la opción de dividir sus vacaciones en dos. De este modo, no solo se evita que la desadaptación sea mayor sino que disminuye la espera por un próximo periodo de vacaciones.
Regrese con tiempo
Si el fin de las vacaciones está próximo, trate de volver a su casa tres o cuatro días antes de reincorporarse a sus actividades laborales para poder acomodarse de nuevo a su espacio habitual.
Retome horarios
Aproveche esos días antes del ingreso para levantarse a la hora rutinaria, volver a su alimentación cotidiana y hacer ejercicio.
Disfrute su trabajo
No piense en las vacaciones como un escenario de bienestar y placer y en el trabajo como un sinónimo de malestar y sufrimiento.
El desánimo es pasajero
No le dé demasiada importancia a ese sentimiento. Evite tomar una actitud de queja permanente.
Planifique actividades
Busque planes gratificantes y espacios para el ocio para los días laborales, de forma que compense la sensación de aburrimiento o fatiga laboral.
Si está afectado
Una persona víctima del síndrome puede tomar decisiones que podrían perjudicar su futuro laboral.
Sea objetivo y procure actuar de la manera más indicada.
Sea optimista
Mantenga siempre un diálogo interno de entusiasmo y optimismo. Repítase constantemente que todo le va a salir tan bien, como usted lo ha planeado.
Mantenga una actitud positiva
Disfrute este periodo con mente abierta y positiva. Así va a superar más fácil los momentos de tensión.
Aproveche para hacer cambios
Asuma el reintegro laboral como una etapa nueva, un momento de empezar a trabajar en sus nuevos objetivos.
Establezca buenas relaciones
Mantenga siempre una sonrisa y aproveche para fortalecer los vínculos de solidaridad con sus compañeros de trabajo. Busque hacer ameno el ambiente de su oficina.
Organice su presupuesto.
Si volvió de vacaciones con deudas, planifique sus gastos, establezca lo prioritario y afronte el problema sin culparse.
Si su trabajo no le gusta
Establezca las verdaderas razones por las cuales pasa eso y trate de buscar soluciones dialogadas.
Si no lo logra
Intente desprenderse y buscar un empleo más gratificante. Recuerde que el trabajo, cuando se realiza en condiciones óptimas, es una oportunidad para crecer y ser útil.
Nunca vuelva un lunes
Regresar al trabajo el primer día de la semana puede ser mala idea. Hasta donde le sea posible, reintégrese otro día para reducir el impacto psicológico.
Empiece gradualmente
Sea consciente de que su rendimiento aumentará día a día. Plantéese metas que pueda cumplir para que al final de la jornada sienta que logró sus objetivos.
Renueve su ambiente
Aproveche para deshacerse de cosas viejas y para cambiar la disposición de los artículos de su oficina. Limpie a fondo su lugar para lograr un aire nuevo.
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