Triste pero cierto. Para la amplia mayoría de la población, las vacaciones navideñas se han terminado. ¿Y qué es lo que viene a continuación? El estrés, el tráfico, la fatiga, la comida rápida y la vuelta al cole de los hijos.
Para muchas personas, después de las vacaciones navideñas, el agobio de la rutina diaria se multiplica por diez, y la culpabilidad que muchos de nosotros arrastramos tras la tradicional ingesta navideña de calorías no ayuda a empezar el nuevo año muy orgullosos de nosotros mismos. No es de extrañar que en estas fechas causen furor los buenos propósitos. Ser mejores personas, padres y amigos están en el top ten, pero, sin duda, los propósitos estrella son los relacionados con la salud: comer sano, perder algo de peso, dejar de fumar y hacer más deporte.
Según el doctor Ignacio Ferrando, director de Programas Médicos de Sanitas, la Salud «con mayúsculas» no consiste sólo en la ausencia de enfermedades y dolores, sino en mantener un estilo de vida que garantice el buen estado y funcionamiento del organismo, unido al bienestar psicológico y emocional. Enero es el mes perfecto para tomarse en serio la idea de cuidarnos por dentro y, a ser posible, que se note por fuera. El ejercicio físico es fundamental para sentirnos mejor con nosotros mismos y, aunque cueste empezar, es tan sencillo como decidirnos de una vez por todas a practicarlo.
Sin embargo, antes de comenzar con un programa de ejercicios es fundamental consultar previamente a un médico, sobre todo para aquellas personas con problemas de salud. Merece la pena hacer el esfuerzo, porque los beneficios del deporte sobre la salud son múltiples y están bien documentados. Practicar ejercicio protege contra las enfermedades del corazón y los accidentes cerebro-vasculares. Además de controlar los niveles de grasa corporal y grasas en sangre. Perder peso, si te sobra, es ganar salud y la clave para hacerlo de manera saludable está en la combinación de comer alimentos "diferentes" y hacer ejercicio físico.
Pero ojo, si eres una de los millones de personas que mañana mismo se va a poner a ello, es importante que seas realista y te propongas objetivos que puedas lograr. Elige actividades que te gusten, que sean practicables y que puedas incluir fácilmente como parte de tu estilo de vida. Sobre todo, enfoca el ejercicio físico como un momento de ocio y no como una obligación. El ejercicio puede hacerte sentir más feliz, ya que suele tener un efecto antidepresivo.
En estas fiestas muchos españoles ingieren en un sólo día las calorías de toda una semana. Así que ahora que ya ha pasado todo, no esperes más para cuidarte: reúne toda tu fuerza de voluntad y comienza un nuevo año con los mejores propósitos.
Decálogo para una dieta sana
El doctor Ferrando recomienda seguir unos consejos prácticos, ideales para poner en marcha después de los atracones que todos nos damos en Navidad, para conseguir una alimentación saludable.
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No existen alimentos completos y a diario necesitamos más de cincuenta nutrientes, así que es fundamental seguir una dieta variada que no se exceda en sal, azúcar ni alcohol.
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Debemos cuidar el porcentaje de grasas saturadas que ingerimos, presentes por ejemplo en la carne roja. Éstas no deben superar el 20%, y el 80 restante lo debemos completar con grasas monoinsaturadas (aceite de oliva) y poliinsaturadas (pescados azules, aceites vegetales).
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La base de nuestra alimentación deben ser cereales, frutas y verduras para cubrir nuestras necesidades de fibra, vitaminas y minerales.
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Debemos comer pescado, preferentemente azul, al menos tres veces a la semana. Las carnes se pueden consumir como alternativa al pescado, aunque debemos restringir las rojas. En su lugar, el pollo y otro tipo de aves sin piel nos aportarán los nutrientes necesarios. Además, es recomendable comer una media de tres huevos a la semana.
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Los alimentos lácteos son esenciales, sobre todo en la niñez y en situaciones especiales como el embarazo y la lactancia. En estos casos, el consumo diario deberá ser de una a tres raciones. En los adultos el consumo será menor, y en muchos casos será necesario consumir productos lácteos descremados.
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La grasa ideal que debemos ingerir es el aceite de oliva. Además, sus propiedades químicas lo hacen el mejor candidato para las frituras.
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En nuestra alimentación debemos establecer pautas: la mayor importancia calórica se la debemos dar al desayuno y a la comida, mientras que la cena debe ser más ligera. Y si somos de los que picamos entre horas, lo mejor es que sean frutas o zumos.
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El consumo de alcohol debe ser moderado y sólo debe estar presente en las comidas principales. En cambio, el agua debe estar presente siempre, ya que nos ayudará a controlar el apetito y la diuresis (orinar).
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Si masticamos bien los alimentos, los disfrutaremos más. Es esencial que la hora de la comida sea tranquila y serena; nuestra alimentación ha traspasado la barrera de la supervivencia y ha entrado en la cultura de la gastronomía. ¡Disfrutémosla!
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Si tiene alguna duda, consúltesela a su médico. No consuma suplementos vitamínicos o de otro tipo sin su opinión, ya que en ocasiones sus beneficios son inapreciables y el coste no justifica su utilización.
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