Este es el caso de los doctores, profesionales de alta cualificación, que aportan a la empresa valores que pueden ser fundamentales a la hora de desarrollar sus capacidades en un mercado cada vez más global y exigente. Además, la creación de un puesto de trabajo de investigador tiene un efecto multiplicador a largo plazo, ya que propicia la generación de nuevos empleos directos o indirectos.
Los datos estadísticos sobre doctores dedicados a la I+D+i en empresas reflejan que todavía muchas les consideran profesionales orientados al campo de la docencia y de la investigación pública, que reciben una formación demasiado teórica que no encaja con las necesidades reales de la empresa. La gran mayoría de los empresarios desconoce en qué consiste un doctorado, ni cuáles son sus posibilidades de desarrollo en una empresa. De la misma forma, muchos doctores tampoco conocen la realidad del trabajo en una empresa, ni saben transmitir de forma adecuada las competencias que poseen a raíz de la realización del doctorado.
Entre estas competencias, destacan la capacidad de análisis, el trabajo en equipo, la capacidad para desenvolverse en contextos internacionales, la visión estratégica para abordar problemas nuevos y complejos, la capacidad de liderazgo, la creatividad y capacidad de trabajo y organización, entre otros.
Sin embargo, hay datos que invitan al optimismo y que muestran que esta tendencia está cambiando de forma paulatina, como se refleja en el análisis por sectores de las altas en la Seguridad Social. Uno de los crecimientos de empleo más significativos en 2007 ha sido en el ámbito de la I+D+i, que ha experimentado un crecimiento del 35% con respecto al mismo período en 2006.
También se refleja en las “páginas salmón” de la prensa y en las bolsas de empleo de Internet, en las que hace cuatro años los anuncios de empleo para puestos de I+D+i, específicamente para doctores, eran muy escasos. Actualmente, es habitual encontrar anuncios demandando personal para actividades de I+D, incluso doctores. Según el Informe Cotec 2007, el ritmo de contratación actual de investigadores por parte de las empresas españolas duplica al de las universidades, lo que quiere decir que los investigadores encuentran cada vez más oportunidades de empleo en el sector privado.
Otro campo que está experimentando un crecimiento importante son los puestos para gestores de investigación e innovación, tanto en el ámbito empresarial como en el universitario y centros de investigación. Para este tipo de puestos, uno de los perfiles con más proyección es el doctor que complementa sus altos conocimientos técnicos con una formación o experiencia en gestión de la ciencia y la tecnología.
Para continuar con esta tendencia positiva, es necesario que los responsables de las administraciones sigan apostando por la mejora de la cualificación y la movilidad de los recursos humanos como pieza clave de apoyo a la innovación empresarial, poniendo en marcha medidas como el Programa Torres Quevedo para contratación de doctores y tecnólogos del Ministerio de Educación y Ciencia, y otras iniciativas similares que gran parte de las Comunidades Autónomas, están llevando a cabo.
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