Un broker de Société Générale, padre de dos niños y que vivía con una trabajadora del mismo banco, se suicidó en junio de 2007 tras haber adquirido compromisos financieros por valor de cerca de 9 millones de euros a espaldas de sus superiores, según publicó ayer el diario 'Le Parisien'.
Esta cantidad, que no llega ni de lejos a la escandalosa cifra de 50.000 millones de euros con los que llegó a operar Jérôme Kerviel, el broker acusado de hacer perder al banco 4.900 millones de euros, provocó en su momento la alarma de los servicios internos del banco.
El final trágido de este hombre, que responde a las iniciales L.C., fue ignorado durante mucho tiempo por los empleados de SocGen. De hecho, muchos desconocen las complejas actividades de los operadores de bolsa. 'Los sindicatos no disponen de ninguna información sobre lo que pasa en las salas de mercado', se queja un ejecutivo.
Pocos días después del suicidio se abrió una investigación interna y el patrón de los broker bancarios, Marc Breillout, prometió a los representantes de los trabajadores que tendrían acceso a las conclusiones de la misma, pero este documento ultrasecreto no ha visto todavía la luz.
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