La desconexión entre la universidad y la empresa sigue siendo una evidencia, especialmente en lo que se refiere a las licenciaturas de letras. Ése es, precisamente, el diagnóstico del Observatorio Ocupacional que dirige María Jesús Freire en la Universidad de A Coruña. Este centro ha encuestado a licenciados y a 200 empresarios para saber qué carencias detectan unos y otros en la formación que se da en la universidad.
Según el Observatorio, los empresarios se quejan de que los graduados en letras carecen de formación en informática e idiomas y, sobre todo, desconocen cuál puede ser su papel en una compañía privada, lo que les impide la adaptación al mercado laboral. En este contexto la reforma universitaria europea va a dar un vuelco a las carreras de letras. Los cambios harán que facultades como Sociología, Filología o Humanidades adapten sus estudios a los requerimientos de las empresas. Será cuestión de supervivencia: su financiación dependerá de si consiguen colocar a sus licenciados en el mercado.
Las carreras de ciencias no se transformarán tanto como las de letras. Según los datos del estudio, ingenieros y arquitectos cumplen "sobradamente" con las competencias y habilidades que les piden los empresarios. Una posible causa, apunta Freire, para esta diferencia recae en el profesorado. Las titulaciones de letras se nutren fundamentalmente de profesionales que han hecho su carrera en la universidad y nunca han salido de ella, mientras que las de ciencias incluyen entre sus profesores a gente que proviene de la empresa. El informe revela la precariedad laboral a que se enfrentan la mayoría de los universitarios.
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