El suicidio es la principal causa de muerte entre las mujeres de 30 a 34 años, una edad en la que se acentúan los trastornos depresivos dada la mayor exigencia laboral y familiar que sufren ellas con respecto a los hombres, y en la que el "reloj biológico" de la maternidad se niega a esperar más.
Así lo indicó ayer Julio Zarco, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), que ha realizado una encuesta entre 1.300 pacientes femeninas y que el doctor comparó con los datos de un sondeo similar llevado a cabo hace unos diez años.
La estadística de 2006 revela que una de cada tres mujeres pide ayuda al médico por ser víctima de violencia doméstica, tanto física como psicológica, un factor que en 1999 ni siquiera aparecía entre sus inquietudes de salud.
La conclusión más destacada del estudio es que la salud de las féminas españolas "ha empeorado", al incorporar ellas todos los hábitos masculinos sin que "se haya hecho nada más que mucha demagogia" por la conciliación laboral y familiar, apuntó Zarco.
El doctor confesó que, en el caso de ellas, se podría hablar de "la crisis de los 30", un momento en que la mujer se encuentra "dividida" entre las exigencias profesionales y el momento de decidir una posible maternidad, por lo que sufre ansiedad, estrés y depresión, problemas que antes afloraban en edades más adultas.
Aunque tienen una expectativa de vida más amplia -82 años-, ellas padecen "más soledad, pobreza y dependencia", por las desigualdades en las pensiones, laborales y salariales que padecen.
Las mujeres españolas tampoco se interesaban entonces -en 1999- por la anticoncepción postcoital ni por las disfunciones sexuales, asuntos ambos que aparecen actualmente entre sus seis principales consultas por encima de otros problemas de salud.
Zarco recordó que hace una década pedían revisiones ginecológicas, presentaban alteraciones de dismenorrea o tumoraciones de mama, acudían al médico durante el embarazo y demandaban información sobre anticoncepción oral.
El doctor Santiago Palacios, presidente de la Fundación Europea Mujer y Salud (FEMS), achacó esta nueva "fotografía de la mujer" a los cambios demográficos y a la evolución cultural.
La adicción al tabaco, alcohol y otras drogas también han irrumpido en las consultas de las mujeres, incorporando hábitos poco saludables que, tradicionalmente, se vinculaban con los varones.
Los doctores coinciden en que la "liberalización" de las relaciones sexuales ha hecho que afloren nuevos temas y, así, en los últimos cinco años se han incrementado un 25 por ciento la solicitudes de la denominada píldora del día después.
Zarco dijo que hay un "incremento importante" de las enfermedades de trasmisión sexual -un 17 por ciento- porque "sigue sin utilizarse el preservativo", al tiempo que aumentó un 10 por ciento el número de abortos en la última década.
La encuesta revela otro asunto novedoso, "el culto a la imagen", que genera inquietud en las mujeres en edades cada vez más tempranas, por lo que exigen cirugía estética y sufren graves trastornos en la alimentación, tales como la anorexia o la bulimia.
La frecuencia con la que acuden al doctor ha disminuido con respecto al hombre -del 69 al 55 por ciento- y también la edad en la que lo hacen, de 55 a 32 años.
El experto destacó que ahora acuden a Atención Primaria mujeres con un "nivel sociocultural inferior", porque en 1999 el 21 por ciento tenían estudios superiores y ahora tan sólo un 10 por ciento.
El presidente de Semergen apuntó que el porcentaje de inmigrantes que demandan esta asistencia se ha incrementado un 20 por ciento en siete años, de un 12 por ciento al 32 actual.
Una de cada cuatro mujeres tiene limitada su vida por patologías crónicas, aunque el 62 por ciento piensa que goza de buena salud; una de cada tres ha visitado al médico en las dos últimas semanas y el 10 por ciento ha sido hospitalizada en el último año.
El doctor lamentó que, a pesar de que el 45 por ciento de las mujeres fallece por patologías cardiovasculares, el 25 por ciento fuma, una de cada cinco tiene sobrepeso, se ha incrementado el consumo de alcohol y sólo el 44 por ciento de las mayores de 65 se somete a un chequeo cardiovascular.
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