El comité de empresa de la estación espacial que la NASA tiene en la localidad madrileña de Robledo de Chavela ha denunciado irregularidades de naturaleza sanitaria, medioambiental y laboral en el centro durante los últimos años, sin que la Administración española haya hecho nada para solventarlas a pesar de las continuas denuncias y llamadas de atención realizadas por los representantes de los trabajadores.
Según explicaron a Servimedia fuentes del comité de empresa, hace algún tiempo se detectó que el agua de los pozos que utilizan los empleados del centro para beber contenía elevados niveles de contaminación, por lo que ha tenido que ser sustituida por agua mineral.
Los representantes de los trabajadores aseguran haber tenido conocimiento de estos hechos posteriormente, a través de varias auditorías realizadas por empresas externas al centro y solicitadas por INSA (Ingeniería y Servicios Aeroespaciales S.A.), entidad pública española que gestiona actualmente la estación espacial, cien por cien capital estatal y dependiente del Ministerio de Defensa a través del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial).
Las mismas fuentes indicaron que estas auditorías de seguridad, salud y medio ambiente no han sido puestas a disposición de los trabajadores, quienes denuncian que se les oculta información de manera habitual, a pesar de haber sido solicitada reiteradamente.
Las irregularidades medioambientales, siempre según estas fuentes, pasan también por la generación de más de diez toneladas al año de residuos tóxicos, sin que los representantes de los trabajadores ni los delegados de prevención hayan sido informados de su tratamiento y eliminación y el nombre de las empresas que los procesan.
En concreto, hace algunos días un tráiler y un camión retiraron grandes cantidades de asbesto (mineral similar al amianto), sustancia potencialmente cancerígena, siendo negada la existencia de dicho material en el complejo espacial. Por contra, el propio director del centro ha asegurado que "hay asbesto hasta debajo de la moqueta de mi despacho", dijeron las fuentes consultadas.
El comité de empresa asegura que existe preocupación por el alto número de casos de cáncer (más de 70, de los cuales 50 han acabado en fallecimiento) que se han producido en la estación espacial desde que entró en funcionamiento.
Agregaron que la contaminación atmosférica en el centro de Robledo de Chavela ha sido también ocultada a sus trabajadores.
Las fuentes citadas indicaron que, según las auditorías que se han realizado, los niveles de contaminación emitida a la atmósfera por los generadores de la planta de energía superan en cuatro y cinco veces los permitidos y nunca se ha informado ni hecho entrega al comité de empresa de los documentos relativos a este tema.
Además, indican que las reiteradas protestas de los representantes de los trabajadores ante estas irregularidades han llevado a la dirección de la empresa a emprender contra ellos una "cruzada antisindical", que se ha traducido, agregaron, en la contratación de detectives privados que vigilan sus pasos, en la instalación de cámaras en la propia estación espacial y en despidos, todo ello sin ninguna información al comité de empresa.
El asunto de los detectives y las cámaras ya ha sido denunciado y puesto también en conocimiento de la Agencia de Protección de Datos por si tales acciones pudieran ser constitutivas de delito. Asimismo, los trabajadores han informado de todo lo que está ocurriendo al Gobierno central, sin que hasta el momento hayan obtenido solución alguna.
CÁMARAS, POR SEGURIDAD; DETECTIVES, POR FRAUDE Por su parte, el director general de INSA, José Vicente Cebrián, manifestó a Servimedia que desconoce si en el pasado se informó o no al comité de empresa de Robledo de Chavela sobre las irregularidades denunciadas, porque él no ocupaba el cargo en el momento en que se produjeron.
No obstante, precisó que el pasado mes de noviembre se aprobó una normativa sobre información, que según se ha pactado con los trabajadores empezará a cumplirse a partir de abril, ya que algunos de los datos que piden es imposible facilitárselos antes.
En cuanto a la vigilancia a la que dicen estar sometidos los representantes de los trabajadores, el director de INSA explicó que hay cámaras de seguridad en todo el recinto de la estación espacial, que obligó a instalar la propia NASA y que han aumentado tras los atentados del 11-M por indicación de Estados Unidos, pero en ningún caso tienen la función de vigilar a los delegados sindicales.
Respecto a la supuesta contratación de detectives privados para vigilar a miembros del comité de empresa, manifestó que sólo se recurrió a este tipo de investigación para constatar que dos trabajadores del centro cometían fraude en el transporte, ya que aseguraban vivir lejos de la estación espacial para cobrar más kilometraje, cuando en realidad residían cerca de Robledo de Chavela y por tanto no tenían derecho a percibir tal cantidad económica, que se paga en función de la distancia.
Recordó también que se dio la circunstancia de que estas dos personas eran delegados sindicales, por lo que el juez determinó en una sentencia que la vigilancia a la que eran sometidos no obedecía al citado fraude, sino a persecución sindical por parte de la empresa.
"Lo que la sentencia dice de alguna manera es que hay un fraude muy generalizado y que la empresa conocía y toleraba ese fraude, y por lo tanto, si eso es así y sólo se echa a dos, es porque son delegados sindicales", añadió Cebrián.
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