Estamos lejos de llegar en condiciones al ‘proceso de Bolonia’, que pretende homologar títulos en 47 países europeos; los universitarios españoles, en la cuneta del mercado laboral.
Las universidades españolas no destacan precisamente por estar situadas en los ranking de las mejores del mundo. El informe anual de la Universidad Jiao Tong de Shanghai mostraba el pasado mes de febrero que ninguna universidad española está entre las 160 mejor situadas. Ahora, con datos del 2008, la misma universidad constata que España sólo logra colocar una facultad entre las 535 del planeta con más excelencia.
Se trata de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, y la posición de España está a años luz de la de otros países europeos de su entorno, como el Reino Unido, con 50 facultades en ese nuevo ranking, Alemania (20), Países Bajos (15), Suiza (11), Francia (9), Bélgica (8) o Italia (6).
Son datos del llamado Academic Ranking of World Universities (ARWU) de la Universidad Jiao Tong, que se pueden ampliar consultando el mapa de las mejores universidades publicado el pasado 28 de marzo en La Vanguardia, que reproducimos al pie de las imágenes que ilustran esta información.
El ARWU ha establecido este ranking partiendo de las 107 mejores universidades de cinco áreas: ciencias, ingenierías, biología, medicina y ciencias sociales. Algunas de las universidades seleccionadas, como es el caso de Harvard, son líderes en distintas de esas áreas, por lo que suman más de una vez.
EE.UU., líder indiscutible
Como se observa en el mapa, el liderato del ranking del ARWU viene desde el otro lado del Atlántico, con los Estados Unidos y sus 308 facultades entre las 535 mejores del mundo, mientras Canadá coloca hasta 26 facultades en la misma lista.
Desde Oriente, Japón consigue colocar hasta 19 de sus facultades, mientras que China hace lo propio con 10, y le siguen Corea del Sur y Singapur (4) o India (2). Australia tiene dentro de la lista 12 facultades.
Llama la atención que países más pequeños que España la superen en número de facultades que ostentan en el ranking, como es el caso de Países Bajos (15), Israel (10), Suecia (9), Bélgica (8), Dinamarca (6), Corea del Sur (4), Singapur (4) o Finlandia (2).
Lejos de ‘Bolonia’
Ante las preocupantes perspectivas que ofrecen las universidades de nuestro país, el reto que se plantea para España es el de intentar adaptarse a un futuro que cambiará radicalmente a partir de 2010.
Se trata del llamado proceso de Bolonia: a partir de esa fecha, los centros universitarios de 47 países, entre ellos los 70 españoles, se harán homogéneos en un único espacio universitario europeo.
Así, todos los estudiantes podrán estudiar indistintamente en cualquier universidad y su título les permitirá trabajar en toda Europa.
Sobre ese futuro debatieron la pasada semana unos 350 rectores de universidades europeas en la Universidad de Barcelona, dentro de la Conferencia de Primavera de la Asociación Europea de Universidades.
Sin embargo, España está aún muy lejos de lograr el objetivo del proceso de Bolonia. El debate económico es prioritario, argumenta Ángel Gabilondo, rector de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas.
“Los presupuestos del Estado del año próximo ya deben decidir qué modelo de universidad se quiere y eso se verá a partir del dinero que se le dedique”, afirma Gabilondo, quien, junto a otros muchos rectores españoles y europeos, reclama más financiación.
Universitarios en la cuneta
Por otra parte, otro informe, en esta ocasión de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), muestra que tres de cada cuatro titulados universitarios en España se queda en la cuneta del mercado laboral.
Un mercado laboral que desaprovecha el talento de muchos de nuestros universitarios, que ostentan, junto a Grecia y Polonia, la mayor tasa de paro en la Unión Europea (UE).
Cada año salen de las universidades españolas 200.000 titulados, mientras 1,5 millones de estudiantes están matriculados y pasean por los campus de alguna de esas universidades.
Pero, para muchos de ellos, el paro o un empleo de menor cualificación es el futuro que les aguarda, según constata el informe de Aneca, debido a que hay muchas más oferta que demanda.
No sólo hay demasiados universitarios que el mercado laboral no puede absorber, sino que, además, las empresas buscan perfiles muy diferentes a los que ofrece actualmente la universidad.
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