El 30 por ciento de los españoles de entre 25 y 65 años realizaron durante el año pasado alguna actividad de formación, la mayoría de ellas, (68,4 por ciento) relacionadas con el trabajo, según los resultados de la Encuesta sobre la Participación de la Población Adulta en las Actividades de Aprendizaje (EADA), que el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo pública ayer. Asturias fue, junto con Andalucía, la región con una participación inferior.
Por contra, la falta de tiempo por cuestiones familiares, la incompatibilidad entre el horario de trabajo y los cursos de formación, o el precio, fueron algunas de las circunstancias que impidieron al 65 por ciento restante realizar alguna actividad en 2007.
El informe, que mide los estudios ‘formales’ –que conducen a la obtención de un título oficial– y los ‘no formales’ -cursos relacionados con el trabajo, cultura general, o herramientas para desenvolverse en la vida-, se integra en el proyecto europeo ‘Adult Education Survey’, coordinado por Eurostat y aplicado en todos los países de la Unión Europea.
Por comunidades autónomas, Madrid, Canarias y Castilla-La Mancha son las regiones con más participación en estas actividades, con un 32 por ciento; y Andalucía y Asturias, ambas con un 23 por ciento de participación, fueron las que menos.
NIVEL FORMATIVO PREVIO
Asimismo, los resultados de este trabajo determinan que el nivel formativo previo de los adultos es directamente proporcional a su participación en estas actividades extraescolares, ya que el 50 por ciento de los que tienen estudios superiores llevaron cabo alguna iniciativa educativa. Sin embargo, sólo el 15 por ciento de las personas con estudios de la primera etapa de secundaria o inferiores se inscribieron en algún curso.
Teniendo en cuenta que la formación relacionada con el trabajo prima entre las preferencias del alumnado adulto, las materias más impartidas fueron informática (18,6 por ciento), seguridad y salud laboral (9,3 por ciento), artes y humanidades (8 por ciento) y lenguas extranjeras (6,5 por ciento).
En cuanto al tiempo de dedicación y la inversión económica, los estudiantes de educación formal invirtieron una media de 414 horas, con un gasto de casi 1.200 euros, mientras que los de educación no formal dedicaron una media de 111 horas y un gasto de casi 700 euros. Asimismo, tres de cada cuatro estudiantes de educación formal realizaron algún tipo de gasto relacionado con estas actividades, a diferencia de los adultos de educación no formal, que sólo la mitad pagaron por ello.
CONOCIMIENTOS POR SU CUENTA
Otra actividad medida en este trabajo fue el ‘aprendizaje informal’, que consiste en adquirir conocimientos de manera menos organizada y estructurada que la educación ‘no formal’, es decir, sin acudir a ninguna institución educativa.
Así, uno de cada cuatro adultos intentó adquirir conocimientos por su cuenta, mediante material impreso (59 por ciento), ordenador (53,5 por ciento), aprender de algún familiar o amigo (38,9 por ciento) o a través de medios audiovisuales (24,9 por ciento).
La informática es, según este estudio, la principal materia del aprendizaje ‘informal’, caracterizado por la variedad temática (mecánica, lenguas extranjeras, salud artes, humanidades y ciencias sociales, entre otras).
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