Impulsando Pymes . Según Carlos Cuervo-Arango, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de Nebrija: “En el escenario económico como el actual, en que el paro constituye el problema social más acuciante de España, es un hecho (demostrado en economías europeas más avanzadas) que desarrollar las competencias profesionales y las condiciones de empleabilidad de las personas es la mejor garantía para reducir la tasa de desempleo”. En este contexto, Nebrija Business School y el Instituto Nebrija de Competencias Profesionales realizaron un estudio entre directores generales y responsables de Recursos Humanos para averiguar qué competencias son las más demandadas por las empresas españolas para “los trabajadores del conocimiento” y cuáles son los factores clave a la hora de gestionar los Recursos Humanos.
El estudio se presentó en la Fundación Nebrija, en un acto en el que participaron Carlos Cuervo-Arango, Decano Facultad de Ciencias Sociales; Jesús Gómez, Director Instituto Nebrija de Competencias Profesionales; Fernanda Armada: Responsable de Consulting de Great Place to Work; Eva Figueroa, responsable del programa competencial de Astellas Pharma S.A; Tomás Calleja, Director de Programas de Alta Dirección de Nebrija Business School y Antonio Muñoz, Profesor del Instituto Nebrija de Competencias .
Todas las competencias propuestas en el estudio obtienen una valoración media por encima de los 3,5 puntos, que es el valor central de la escala de 6 puntos utilizada en este estudio. Por consiguiente, todas se consideran importantes aunque con distinta intensidad. Jesús Gómez, Director Instituto Nebrija de Competencias Profesionales, explicó: “La negociación aparece como la competencia menos destacada del conjunto y no es aventurado interpretar este hecho como un reflejo del enfoque vertical, en el que la toma de decisiones y el poder negociador están muy centralizado en la cúspide de la pirámide organizativa, que ha venido predominando en la organización de la mediana y gran empresa española y también por la falta de desarrollo de esta competencia si nos comparamos con la cultura anglosajona”.
En el estudio se distinguen competencias tradicionalmente o comúnmente aceptadas (orientación a resultados, planificación y gestión del tiempo y de proyectos, liderazgo, trabajo en equipo…) y competencias más propias del paradigma emergente (comportamiento ético, emprendimiento, inteligencia emocional, gestión del cambio…).
¿Cuál de los dos enfoques se está valorando más desde la empresa española? ¿Está nuestra sociedad adoptando el nuevo paradigma, o sigue excesivamente anclada en el tradicional?
El estudio señala que la orientación a resultados (incluyendo orientación al cliente externo e interno) es la competencia más valorada por las empresas españolas. Aunque la lista está presidida por una competencia tradicional, le siguen a no excesiva distancia competencias asociadas al paradigma emergente: el comportamiento ético, la iniciativa, “intraemprendimiento”, creatividad e innovación, la gestión del cambio y el trabajo en equipo.
En sus palabras, Jesús Gómez aseveró: “Los resultados de la encuesta ponen de manifiesto que la empresa española es consciente del cambio de paradigma que se está adoptando en los países más desarrollados en cuanto a la evaluación de personal, si bien, a la práctica todavía predomina la consideración de los conceptos tradicionales de evaluación. Los empleados y los empleadores potenciales se están adaptando de forma algo lenta al nuevo paradigma y no hay duda de que la crisis económica está actuando como acelerador de su adopción en múltiples aspectos”.
A este respecto, asegura el Instituto de Competencias Nebrija que la formación de directivos actuales y futuros, así como de emprendedores, debe orientarse en la adopción de buenas prácticas asociadas a este nuevo paradigma para modernizar la empresa española y derivarla hacia nuevos niveles de competitividad. “Temas como el de la movilidad y la red de contactos todavía se infravaloran cuando la realidad está imponiendo que deben tenerse en mayor consideración”.
Según refleja el estudio, en los procesos de selección externa (ver cuadro), los temas considerados más importantes son las competencias y valores y los resultados/desempeño. Los idiomas, ocupan el tercer lugar de la lista en los procesos de selección; en el entorno globalizado actual, el inglés prácticamente se da por supuesto y crece la expectativa de dominio de un segundo idioma.
En cuarto lugar aparecen los conocimientos técnicos, otro valor tradicional al que le sigue de cerca el más común: la experiencia laboral. La movilidad geográfica y/o funcional es importante pero menos que los anteriores conceptos y aparecen en el último lugar de ranking las expectativas salariales de los candidatos.
En los procesos de selección interna se invierte el orden, y ocupan la primera posición los resultados/desempeño y la segunda posición las competencias y valores.
Eva Figueroa, responsable del programa competencial de Astellas Pharma S.A, comentó que los resultados del estudio coinciden con la valoración de estos laboratorios farmacéuticos. “Las competencias clave en Astellas Pharma son la orientación a resultados, el comportamiento ético, la iniciativa, la gestión del cambio y el trabajo en equipo, a los que siguen otras”. Astellas Pharma es una empresa Best Workplaces. Fernanda Armada, responsable de Consulting de Great Place to Work®, ha explicado que la cultura de los Grandes Lugares para Trabajar está basada en organizaciones por valores donde se fomenta que lo empleados den lo mejor de sí en su día a día: “Son empresas que comunican, tienen un comportamiento ético, fomentan que se aprenda de los errores, trabajan en equipo, tratan a los empelados como a personas, y no como a números, y facilitan la conciliación”.
Tomás Calleja, Director de Programas de Alta Dirección de Nebrija Business School, destacó que Nebrija fue la primera Universidad “que incluyó la formación de habilidades en Grado. Ahora, ha creado, con la colaboración del Instituto de Competencias Profesionales Nebrija, un conjunto de programas formativos eminentemente prácticos que se llevan a cabo de forma transversal, en todos los grados y en la mayoría de los posgrados, y también de forma longitudinal, pues en los estudios de grado los alumnos trabajan estas competencias durante tres cursos académicos distintos. Todos los programas de competencias profesionales tienen una secuencia lógica que empieza con el análisis, desarrollo y liderazgo de uno mismo -inteligencia emocional-, sigue con la práctica de habilidades de relación y comunicación con los demás, y culmina con el desarrollo y liderazgo de equipos, la importancia de la gestión de la diversidad y la mejora de la empleabilidad”.
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