Impulsando Pymes . Esto supondrá que sólo participarán en cursos para reciclarse o mejorar su capacitación unos tres millones de trabajadores del sector privado, apenas el 25% del total. Desconocimiento de las ayudas existentes y falta de capacidad para prescindir durante algún tiempo de parte de la plantilla son los dos motivos alegados con más frecuencia por las pymes que no van a realizar formación. Sin embargo, la propia negativa de los empleados a destinar parte de su tiempo privado a realizar un curso es otro motivo importante.
Miguel Ángel Ferrer Garcerán, socio director general de Arrabe Asesores, explicó que “aún hay muchas empresas que ignoran que pueden recuperar todo o parte del precio de los cursos que hagan sus trabajadores descontando esa cantidad de las cotizaciones a la Seguridad Social. Así pueden formar a parte de su equipo gratis o a muy bajo coste”.
Ampliar los conocimientos beneficia a ambas partes, tanto a los empleados, que mejoran su cualificación, con lo que aumentan las posibilidades de promoción en la compañía; y para las empresas, que contarán con equipos mucho más productivos y motivados. “La formación continua es una palanca de cambio para que nuestro país salga de la crisis lo antes posible y mejor preparado. Las empresas necesitan actualizar los conocimientos de sus empleados: ellos serán más productivos y las compañías más competitivas. Hay que avanzar, sobre todo, en áreas como los idiomas y todo lo que tiene que ver con el ecosistema digital, para que siga creciendo la internacionalización de nuestra economía. A la vez, está demostrado que la formación continua es una herramienta imprescindible para retener y desarrollar el talento y aumentar el compromiso de la plantilla”.
La Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo es la entidad que gestiona los planes de formación continua de las empresas, los ocupados y los desempleados. Según sus datos, las empresas solo dispusieron del 73% del crédito que les correspondía en 2011 -último año del que hay cifras oficiales- para financiar la formación de sus trabajadores, de modo que dejaron de aprovechar más de 200 millones de euros en ese año.
De los 763,77 millones de euros disponibles para formación en 2011, sólo se gastaron 561 millones de euros, dejando sin consumir el 27,3%. Como estas cantidades no son acumulables para años posteriores, se pierden.
Rechazo de los trabajadores
La encuesta realizada por Arrabe Asesores desvela que el volumen de las empresas influye mucho en la formación continua. Mientras que el 90% de las grandes compañías (de más de 250 empleados) realizará acciones formativas, este porcentaje baja al 55% en el caso de las pymes (de 10 a 249 empleados), y se reduce al 24% entre las micropymes (de 1 a 9 trabajadores).
Respecto a los empleados que van a recibir formación, las respuestas obtenidas por Arrabe Asesores apuntan a que se reducirá su número. Si bien participaron el año pasado más de tres millones de trabajadores, frente a los 2,9 millones de 2011, se prevé un retroceso del 10% en este año. En parte, fruto de la fuerte reducción de plantillas que se ha producido en España tras la Reforma Laboral. De cumplirse este pronóstico, sólo el 25% de los asalariados realizará algún curso.
En este sentido, uno de los datos más sorprendentes de la encuesta de Arrabe Asesores es que, dentro de las empresas que no organizarán acciones formativas, el 60% de ellas no lo hará porque sus trabajadores o directivos rechazan destinar parte de su tiempo privado a los cursos.
Tal y como refleja la normativa, los trabajadores con al menos un año de antigüedad en la empresa, tienen derecho a un permiso retribuido de 20 horas anuales de formación profesional para el empleo, vinculada a la actividad de la empresa, acumulables por períodos de hasta cinco años. A esto se suma el derecho la formación que deba impartir la empresa a su cargo obligatoriamente conforme a lo previsto en otras Leyes. En defecto de lo previsto en cada convenio colectivo, el modo de disfrutar del permiso se fija de mutuo acuerdo entre el trabajador y el empresario (art. 23.3 TR Estatuto de los Trabajadores).
Según los datos de la Fundación Tripartita, el tiempo medio de formación subvencionada que reciben los empleados es de 27 horas. El formato más común es la formación a distancia, seguida de la presencial y la formación mixta (entre las dos modalidades). En cuanto a los contenidos, los cursos más solicitados han sido hasta ahora prevención de riesgos, gestión de recursos humanos, idiomas e informática.
En los Presupuestos Generales del Estado (BOE 28/12/2012), se publicó el sistema de financiación de la formación profesional para el empleo de cara al año 2013, manteniendo los créditos de formación conforme a lo establecido en el Capítulo II del Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo, dirigidas prioritariamente a personas ocupadas, aunque también los desempleados pueden optar a ellas.
El sistema de formación bonificada
Los recursos que financian esta actividad provienen de la recaudación de las cuotas por formación profesional que realiza la Seguridad Social, de las ayudas del Fondo Social Europeo y de las aportaciones que haga el Estado a través del presupuesto del Servicio Público de Empleo Estatal. Además, existen aportaciones autonómicas.
Dentro de las cotizaciones a la Seguridad Social, las empresas destinan una parte de esas cantidades a financiar la Formación Profesional. Esto da derecho cada año a una serie de créditos, para que los empleados asistan a cursos que resultan gratuitos o a muy bajo coste para las compañías. Las entidades que imparten estos cursos, presenciales u online, pueden ser públicas o privadas.
El número de créditos para cada empresa está en función del número de trabajadores y las cantidades aportadas a la Seguridad Social en el concepto de Formación Profesional durante el año anterior:
– Empresas de 1 a 5 trabajadores: 420 euros de crédito.
– Empresas de 6 a 9 trabajadores: 100% de la cantidad cotizada.
– Empresas de 10 a 49 trabajadores: 75% de la cantidad cotizada.
– Empresas de 50 a 249 trabajadores: 60% de la cantidad cotizada.
– Empresas de 250 ó más trabajadores: 50% de la cantidad cotizada.
Además, las empresas que conceden permisos individuales a sus trabajadores para su formación, disponen de un crédito adicional.
Para utilizar esos créditos, la empresa y el trabajador pueden escoger el curso que les interese, siempre que el contenido esté relacionado con la actividad del empleado o suponga una mejora en su capacitación.
La empresa paga el coste del curso y posteriormente lo descuenta de las cotizaciones a la Seguridad Social, de forma que recupera el importe pagado, hasta el límite de créditos que disponga.
Los créditos son anuales y colectivos. La empresa puede optar por utilizar los créditos en un solo curso, para un trabajador, o repartirlo en varios cursos para varios empleados. En sus palabras, Miguel Ángel Ferrer manifestó: “Desde Arrabe Asesores estamos informando de esta posibilidad a todos nuestros clientes, realizando una labor de consultoría, ayudándoles a identificar los mejores cursos según sus necesidades y a gestionar todo el proceso de solicitud e incluso a valorar la eficacia de la formación recibida”.
Arrabe Asesores ha realizado esta encuesta entre sus cerca de 1.200 clientes, que dan empleo a 6.700 personas.
A pesar de que España necesita mejorar su competitividad con urgencia, sólo el 28% de las empresas privadas españolas ofrecerá formación a sus empleados en 2013, según una encuesta realizada por Arrabe Asesores (www.arrabeasesores.es), compañía especializada en asesoramiento empresarial.
Esto supondrá que sólo participarán en cursos para reciclarse o mejorar su capacitación unos tres millones de trabajadores del sector privado, apenas el 25% del total.
Desconocimiento de las ayudas existentes y falta de capacidad para prescindir durante algún tiempo de parte de la plantilla son los dos motivos alegados con más frecuencia por las pymes que no van a realizar formación. Sin embargo, la propia negativa de los empleados a destinar parte de su tiempo privado a realizar un curso es otro motivo importante.
Miguel Ángel Ferrer Garcerán, socio director general de Arrabe Asesores, explica que “aún hay muchas empresas que ignoran que pueden recuperar todo o parte del precio de los cursos que hagan sus trabajadores descontando esa cantidad de las cotizaciones a la Seguridad Social. Así pueden formar a parte de su equipo gratis o a muy bajo coste”.
Ampliar los conocimientos beneficia a ambas partes, tanto a los empleados, que mejoran su cualificación, con lo que aumentan las posibilidades de promoción en la compañía; y para las empresas, que contarán con equipos mucho más productivos y motivados.
“La formación continua es una palanca de cambio para que nuestro país salga de la crisis lo antes posible y mejor preparado. Las empresas necesitan actualizar los conocimientos de sus empleados: ellos serán más productivos y las compañías más competitivas. Hay que avanzar, sobre todo, en áreas como los idiomas y todo lo que tiene que ver con el ecosistema digital, para que siga creciendo la internacionalización de nuestra economía”, indica Miguel Ángel Ferrer.
“A la vez, está demostrado que la formación continua es una herramienta imprescindible para retener y desarrollar el talento y aumentar el compromiso de la plantilla”, continúa el responsable de Arrabe Asesores.
La Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo es la entidad que gestiona los planes de formación continua de las empresas, los ocupados y los desempleados. Según sus datos, las empresas solo dispusieron del 73% del crédito que les correspondía en 2011 -último año del que hay cifras oficiales- para financiar la formación de sus trabajadores, de modo que dejaron de aprovechar más de 200 millones de euros en ese año.
De los 763,77 millones de euros disponibles para formación en 2011, sólo se gastaron 561 millones de euros, dejando sin consumir el 27,3%. Como estas cantidades no son acumulables para años posteriores, se pierden.
Rechazo de los trabajadores
La encuesta realizada por Arrabe Asesores desvela que el volumen de las empresas influye mucho en la formación continua. Mientras que el 90% de las grandes compañías (de más de 250 empleados) realizará acciones formativas, este porcentaje baja al 55% en el caso de las pymes (de 10 a 249 empleados), y se reduce al 24% entre las micropymes (de 1 a 9 trabajadores).
Respecto a los empleados que van a recibir formación, las respuestas obtenidas por Arrabe Asesores apuntan a que se reducirá su número. Si bien participaron el año pasado más de tres millones de trabajadores, frente a los 2,9 millones de 2011, se prevé un retroceso del 10% en este año. En parte, fruto de la fuerte reducción de plantillas que se ha producido en España tras la Reforma Laboral. De cumplirse este pronóstico, sólo el 25% de los asalariados realizará algún curso.
En este sentido, uno de los datos más sorprendentes de la encuesta de Arrabe Asesores es que, dentro de las empresas que no organizarán acciones formativas, el 60% de ellas no lo hará porque sus trabajadores o directivos rechazan destinar parte de su tiempo privado a los cursos.
Según la normativa, los trabajadores con al menos un año de antigüedad en la empresa, tienen derecho a un permiso retribuido de 20 horas anuales de formación profesional para el empleo, vinculada a la actividad de la empresa, acumulables por períodos de hasta cinco años. A esto se suma el derecho la formación que deba impartir la empresa a su cargo obligatoriamente conforme a lo previsto en otras Leyes. En defecto de lo previsto en cada convenio colectivo, el modo de disfrutar del permiso se fija de mutuo acuerdo entre el trabajador y el empresario (art. 23.3 TR Estatuto de los Trabajadores).
Según los datos de la Fundación Tripartita, el tiempo medio de formación subvencionada que reciben los empleados es de 27 horas. El formato más común es la formación a distancia, seguida de la presencial y la formación mixta (entre las dos modalidades). En cuanto a los contenidos, los cursos más solicitados han sido hasta ahora prevención de riesgos, gestión de recursos humanos, idiomas e informática.
En los Presupuestos Generales del Estado (BOE 28/12/2012), se publicó el sistema de financiación de la formación profesional para el empleo de cara al año 2013, manteniendo los créditos de formación conforme a lo establecido en el Capítulo II del Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo, dirigidas prioritariamente a personas ocupadas, aunque también los desempleados pueden optar a ellas.
El sistema de formación bonificada
Los recursos que financian esta actividad provienen de la recaudación de las cuotas por formación profesional que realiza la Seguridad Social, de las ayudas del Fondo Social Europeo y de las aportaciones que haga el Estado a través del presupuesto del Servicio Público de Empleo Estatal. Además, existen aportaciones autonómicas.
Dentro de las cotizaciones a la Seguridad Social, las empresas destinan una parte de esas cantidades a financiar la Formación Profesional. Esto da derecho cada año a una serie de créditos, para que los empleados asistan a cursos que resultan gratuitos o a muy bajo coste para las compañías. Las entidades que imparten estos cursos, presenciales u online, pueden ser públicas o privadas.
El número de créditos para cada empresa está en función del número de trabajadores y las cantidades aportadas a la Seguridad Social en el concepto de Formación Profesional durante el año anterior:
Empresas de 1 a 5 trabajadores: 420 euros de crédito.
Empresas de 6 a 9 trabajadores: 100% de la cantidad cotizada.
Empresas de 10 a 49 trabajadores: 75% de la cantidad cotizada.
Empresas de 50 a 249 trabajadores: 60% de la cantidad cotizada.
Empresas de 250 ó más trabajadores: 50% de la cantidad cotizada.
Además, las empresas que conceden permisos individuales a sus trabajadores para su formación, disponen de un crédito adicional.
Para utilizar esos créditos, la empresa y el trabajador pueden escoger el curso que les interese, siempre que el contenido esté relacionado con la actividad del empleado o suponga una mejora en su capacitación.
La empresa paga el coste del curso y posteriormente lo descuenta de las cotizaciones a la Seguridad Social, de forma que recupera el importe pagado, hasta el límite de créditos que disponga.
Los créditos son anuales y colectivos. La empresa puede optar por utilizar los créditos en un solo curso, para un trabajador, o repartirlo en varios cursos para varios empleados.
“Desde Arrabe Asesores estamos informando de esta posibilidad a todos nuestros clientes, realizando una labor de consultoría, ayudándoles a identificar los mejores cursos según sus necesidades y a gestionar todo el proceso de solicitud e incluso a valorar la eficacia de la formación recibida”, explica Miguel Ángel Ferrer.
Arrabe Asesores ha realizado esta encuesta entre sus cerca de 1.200 clientes, que dan empleo a 6.700 personas.
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