El término salario emocional, pese a haberse acuñado hace 20 años, no ha dejado ganar importancia en el ámbito profesional y, especialmente en los últimos años a raíz de la crisis sanitaria y la evolución del ecosistema profesional, se ha posicionado como una de las tendencias dominantes. Cuando se habla de salario emocional es para hacer referencia a aquellas medidas tangibles e intangibles que complementan el propio salario monetario del trabajador y repercuten de forma directa en el compromiso de los empleados con la empresa; y es que, el trabajo ideal ha dejado de ser para muchos trabajadores, aquel que ofrece el sueldo más alto. Actualmente existen otros factores de gran importancia a la hora de decantarse por una empresa u otra, como, por ejemplo, las medidas de conciliación, la flexibilidad horaria, el teletrabajo o los planes de retribución flexible. De hecho, según se explica en la Guía “El salario emocional: Cómo reforzar tu propuesta retributiva” elaborada por Sodexo Beneficios e Incentivos, 4 de cada 10 españoles renunciaría a una subida de salario en favor de medidas sin impacto económico para la empresa.
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