Una jornada de trabajo flexible es aquella en la que el trabajador puede adaptar su horario laboral a su vida personal. Esta forma de trabajo descentralizada permite al profesional completar sus objetivos diarios adaptando su horario según sus necesidades. Se reparten las horas de trabajo en un intervalo más amplio y se subdividen en diferentes etapas, de esta forma, se evitan las largas jornadas continuas con horarios fijos.
«Gracias a esta modalidad, un profesional no solo gana flexibilidad en su vida personal, sino que también puede adaptar el horario laboral según su momento más productivo del día. Es más común en perfiles senior con cargas familiares y en perfiles junior del sector tecnológico, que siempre es más proclive a la flexibilidad», señala Ignacio Hernández, Director en Robert Walters.
Algunas de las ventajas de la flexibilidad horaria para las compañías son el aumento del compromiso de los profesionales y la reducción del absentismo laboral, sin dejar de lado el poder de fidelización de las generaciones más jóvenes, ya que el talento junior considera que los beneficios de flexibilidad en el trabajo son tan importantes como el salario.