El 85% de las organizaciones piensa que una mejor experiencia de los empleados se traduce en mayores ingresos, según cifras del último estudio que ha realizado IDC para Microsoft. Después de casi dos años de transición hacia el puesto de trabajo híbrido, la forma de trabajar ha cambiado rápidamente: los trabajadores demandan más flexibilidad, pero también piden una mejor colaboración presencial. A este momento de gran efervescencia que está viviendo el modelo de trabajo es a lo que Microsoft ha llamado “paradoja híbrida”.
Priorizar la gestión de la experiencia del empleado es una necesidad de negocio e impacta de forma directa -y lo hará cada vez más-, en la captación y retención del talento. Lograr una buena conexión trabajador-organización se traduce en un incremento de la productividad del empleado (21%), mayores ingresos (11%), así como una mejora de la experiencia del cliente (17%), según datos de IDC y de EY.Por su parte, las organizaciones necesitan conocer y entender estas nuevas prioridades de sus trabajadores para situar a las personas en el centro y aplicar políticas adaptadas a cada caso. Y en este sentido, la cultura empresarial y la tecnología no sólo deben ir de la mano, sino que se convierten en los catalizadores de este cambio en el modelo de puesto de trabajo.
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