Un reciente estudio de Sodexo pone de relieve cómo han evolucionado las motivaciones de cada generación, ya que, si bien coinciden en la importancia de progresar, hay muchas diferencias a la hora de dar prioridad al resto de aspectos. Por ejemplo, la generación Z (nacidos a partir de 1998) es la que, a la hora de elegir lugar de trabajo, le da más importancia a que una empresa sea socialmente responsable, colocando este asunto en el tercer lugar en su lista de prioridades, solo por detrás de la posibilidad de progresar profesionalmente y la cultura y valores de la empresa. Sin embargo, es algo por lo que los millennials (1981 y 1997), la generación X (1965 y 1980) y los baby boomer (nacidos entre 1946 y 1964) no le dan tanta importancia y lo desplazan a un séptimo puesto. Las acciones en materia de responsabilidad social y medioambiental son aún una tarea pendiente de las pymes, y es por ello por lo que se han lanzado numerosas iniciativas desde las autoridades europeas, como los fondos Next Generation.
Para convertirse en una pyme sostenible, sería recomendable que estas empresas trabajen activamente para reducir el consumo de energía, apuesten por los proveedores locales y por la venta online para llegar a más mercados sin aumentar significativamente su huella de carbono. Todas estas medidas deben ir siempre acompañadas de un fomento de la conciencia medioambiental entre sus empleados, con formaciones periódicas para inculcarles estos valores y animarlos a cambiar de hábitos.
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