Uno de los fundamentos de la igualdad de género es el lenguaje inclusivo. Utilizar palabras y las fórmulas gramaticales inclusivas puede ayudar a generar una cultura de trabajo basada en la igualdad y fomentar el bienestar de los empleados, cada vez más diversos y más exigentes en este sentido.
Algunas de las recomendaciones que incluye la guía son el uso de perífrasis y/o abstractos (ej. Es la responsabilidad de la dirección formar a su plantilla), usos de formas no personales de los verbos (ej. Recurriendo a herramientas como la asertividad, se podrá conseguir una gestión de equipos adecuada), de formas personales (ej. Puedes colaborar en la elaboración del Plan Estratégico), o el uso del “se” (ej. Para iniciar el proceso de selección, se enviará una solicitud) y de pronombres relativos sin género (ej. Las subvenciones se concederán a quien presente la documentación). Asimismo, recomienda el uso de cargos en femenino (ej. Laura Fernández, jefa de departamento) y la omisión de determinantes o uso sin género (ej. Cada miembro de la plantilla), así como el uso de aposiciones explicativas (ej. Todos los trabajadores, tanto mujeres como hombres, pueden postularse). La guía recomienda el uso de recursos tales como el desdoblamiento (ej. trabajadoras y trabajadores) de forma excepcional, por una cuestión de economía del lenguaje.
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