Vivimos en una época de cambio constante: de tecnologías, de formas de aprender, de maneras de trabajar o de comunicarnos. Para poder responder a este cambio, las organizaciones necesitan recibir una retroalimentación constante de lo que necesita el mercado y los clientes, para seguir siendo rentables y competitivas
El impulso de la diversidad se consigue más fácilmente cuando va de la mano de los objetivos de cambio y transformación de las empresas. Transformar una cultura no es cosa de un día, tendrá que ser una lluvia fina y constante que vaya calando poco a poco. Las acciones de diversidad deberán seguir esa línea de trabajo, estar articuladas entre sí y ser transmitidas y comunicadas por diferentes estamentos.
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