Parece que ha pasado un siglo desde que allá por mediados de marzo Pedro Sánchez anunciase el inicio de un estado de alarma histórico para nuestro país. Muchos pensábamos que íbamos a pasar menos tiempo legislados bajo este mecanismo político que tanto miedo daba al principio pero que ha resultado imprescindible para lograr remitir el avance del COVID-19 en nuestro país.
Aunque decaiga el estado de alarma… ¡no bajen las alertas!
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