Sin duda, es una buena medida que los niños puedan salir a la calle, aunque sea por salir de un confinamiento del que, estos sí, no han podido airearse, ni para ir a comprar, ni para ir al banco, ni para pasear al perro. Eso sí, toca ahora que los adultos sean responsables y que hagan responsables a sus hijos: ni los unos usarles de excusa para salir a la calle, ni los otros querer saltarse alguna norma.
¡La COVID-19 se supera con sentido común y responsabilidad!
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