Más que el descanso físico, lo mejor de las vacaciones es esa desconexión mental que se hace, un reseteo completo de nuestra mente que llega ya cargada y cansada a estas alturas de año. Las fiestas vienen bien para desconectar y relajarse, lejos del ajetreado ritmo con el que vivimos el día a día semanal, tanto en nuestra vida laboral como en nuestra vida privada. La pena es que no todo el mundo puede tener vacaciones en esta época, esa es la gran lástima.
¡Apaguen sus telefónos móviles!
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