Sin ellos, en la actual sociedad española, sería muy difícil, para la mayoría de los trabajadores, poder acudir a sus compromisos laborales, así como a muchas citas personales y de ocio.
Por eso, cuando la ley de vida nos separa de alguno de ellos, es el momento en el que tenemos que recordarles y, sobre todo, agradecerles todo lo que nos han enseñado y nos han dado durante el tiempo que han estado junto a nosotros.
¡Gracias abuelos!
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