Ayer se reunieron la flor y nata de los recursos humanos, en una cena en la que, además de compañerismo, buen humor y multitud de anécdotas, se pudo comprobar que el sector y la función comprenden y entienden la situación, pero saben que en sus manos están muchas de las soluciones a los problemas de hoy.
Y, por supuesto, había mucho, pero que mucho, talento.
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