Son una amenaza constante, para los viajeros y para la empresa. En cuanto hay algo que no les parece bien, ni diálogo ni nada, como niños malcriados, directamente a la huelga y asunto arreglado.
Luego se quejan de que tienen mala fama.
Son una amenaza constante, para los viajeros y para la empresa. En cuanto hay algo que no les parece bien, ni diálogo ni nada, como niños malcriados, directamente a la huelga y asunto arreglado.
Luego se quejan de que tienen mala fama.
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