Los jefes cabrones pasan marrones, se cuelgan medallas, son egoístas y se aprovechan sin escrúpulos de la gente. Según el libro ¿Hay que ser cabrón para llegar a ser Director General?”, en España, cada vez hay más.
¡Una cabronada!
Los jefes cabrones pasan marrones, se cuelgan medallas, son egoístas y se aprovechan sin escrúpulos de la gente. Según el libro ¿Hay que ser cabrón para llegar a ser Director General?”, en España, cada vez hay más.
¡Una cabronada!
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