No sabemos quién tendrá razón, quién será culpable o inocente, pero el caso es que el follón que se está organizando con los sindicalistas liberados promete.
Y es que, cuando el río suena, agua lleva.
No sabemos quién tendrá razón, quién será culpable o inocente, pero el caso es que el follón que se está organizando con los sindicalistas liberados promete.
Y es que, cuando el río suena, agua lleva.
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