Los jugadores franceses se negaron a entrenarse en la sesión prevista para la tarde de ayer domingo, tras un altercado entre el capitán, Patrice Evra, y el preparador físico Robert Duverne, después de la expulsión de su compañero Anelka, tras un enfrenamiento con el seleccionador francés.
Un claro ejemplo de que, en muchos casos, los profesionales no se comportan como tales.
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