A pesar de que han descendido casi un 23% los trabajadores fallecidos respecto al 2008, las cifras siguen siendo demasiado importantes como para aceptarlas sin rechistar, por mucho que hayan bajado.
En alguno temas, no hay que conformarse.
A pesar de que han descendido casi un 23% los trabajadores fallecidos respecto al 2008, las cifras siguen siendo demasiado importantes como para aceptarlas sin rechistar, por mucho que hayan bajado.
En alguno temas, no hay que conformarse.
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