Después del merecido descanso navideño, todo vuelve a la normalidad: los anuncios de las rebajas, los régimenes de adelgazar y las inscripciones a los gimansios, por supuesto, los teléfonos vuelven a sonar en las oficinas, los atascos en las calles, el metro y los autobuses llenos de gente.
La vuelta a la normalidad, mal que nos pese, es la vuelta a nuestra vida diaria, y en plena época de Ere´s y de crisis económica, tener trabajo se está convirtiendo en un lujo.
Bienvenida sea.
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