En los últimos tiempos se da mucho el buscar nuevos nombres y nuevos comportamientos a situaciones que, de toda la vida, eran normales y corrientes.
Que muchos achaquen al llamado síndrome postvacacional sus pocas ganas de trabajar, no deja de ser una excusa más.
Y es que vagos, los ha habido siempre, aunque con otros nombres.
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