Que suspendan 120 empresas españolas al participar en un estudio dirigido por el Dr. Roberto Luna, profesor de la Facultad de Economía de Valencia, cuyo objetivo era analizar la forma que tienen las empresas españolas de gestionar el talento de sus empleados y la aplicación práctica que hacen de ese conocimiento, para conseguir la mejora de su productividad y competitividad en el mercado, es algo triste en estos tiempos en los que, se supone, la apuesta por el capital humano es clara.
Una pena.
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