No vamos a entrar en la lucha numérica de cuantos trabajadores han seguido la convocatoria, ya que sería como intentar adivinar el sexo de los ángeles, y nunca daríamos con la cifra verdadera.
Lo que no es de recibo es que, tal y como está la economía, en lugar de arrimar el hombro, la respuesta sea una convocatoria de huelga general que no ayuda a nadie, no sirve más que de protesta pataleta y perjudica a muchos.
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