La localidad italiana de Foggia acaba de vivir un hecho que recuerda al apartheid de Sudáfrica. Una línea de autobuses contará con unidades para italianos y unidades específicas para inmigrantes.
Aunque dicen que es para evitar roces entre nacionales y extranjeros, bastante frecuentes, no deja de ser una extensión de los ‘ghettos’ al transporte público.
¿Acaso no hay otra manera de mantener el orden público?
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