Algo esperable y normal en periodos de crisis, y no por ello menos preocupante. Si ya produce desazón que un trabajador, hasta hace pocos meses desarrollando normalmente su ocupación, rebusque en la basura para poder comer, peor todavía –si cabe- es subir un peldaño y entrar en el mundo de la delincuencia para poder subsistir. Y nuestros policías de huelga en huelga porque no tienen medios para hacer su trabajo.
De todas formas, ese repunte se refiere sólo a la delincuencia de ‘bajo pelo’. La otra, la de guante blanco, es perenne y más peligrosa, aunque no nos toque directamente el bolsillo.
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