Parece que empieza con buen pie Francisco Caamaño, nuevo ministro de Justicia. Por lo pronto, ya ha alcanzado algunos acuerdos con las asociaciones de jueces en su primera reunión mantenida ayer.
Independientemente de futuros resultados, es innegable que el talante de este caballero no tiene nada en común con el de su antecesor.
Esperemos que tenga suerte en su gestión y sepa aportar a su ministerio el equilibrio necesario.
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