No es cuestión de pretender equiparar a Cándido Méndez con personajes como Keynes o Galbraith, pero sí de exigir un mínimo sentido común a aquellos que continuamente están en la palestra profiriendo barbaridades sin ton ni son.
Dice Méndez, líder de UGT, en relación con las medidas contra el paro que aprobó el consejo de ministros el pasado viernes, que el Estado aún tiene capacidad para endeudarse.
Recapitulemos: Prejubilados a tutti plen, EREs un día sí y otro también, 4,5 millones de parados este año -según Funcas-, cinco millones el próximo –sin contar autónomos, parados en formación…-, menos cotizaciones sociales, empresas cerrando –menos impuestos-, población envejeciendo, inmigrantes retornando, la producción industrial y el PIB cayendo, España líder de paro en todo los rankings europeos…
Y este representante sindical afirmando que todavía podemos emitir más deuda pública. A ver, señor Méndez, ¿Y quién es el loco que compra esa deuda que usted dice que todavía podemos emitir? ¿Y quién va a ser el campeón capaz de devolverla? ¿Qué ocurrirá con las nuevas generaciones a las que usted propone dejar un país hipotecado? ¿De verdad piensa usted sus palabras antes de decirlas?
Sí que hay una cosa que, por poner un ejemplo, no vendría mal legislar: Que los sindicatos se autofinancien con las cuotas de sus simpatizantes. De esta manera quitamos una carga financiera al Estado para que pueda invertirlo en los más necesitados. Incluso, para no ser tan ‘radicales’, poner una ‘casillita’ en la declaración del IRPF -al igual que se hace con la Iglesia- para que cada contribuyente decida por sí mismo a quién dar el porcentaje correspondiente.
Lo peor de todo es que el presidente del Gobierno seguro que hace caso a Cándido Méndez y consigue ahondar en el firme propósito de pan para hoy -aunque cada vez menos- y hambre para mañana.
1 comentario en «La teoría económica de UGT»
Ya era hora de que alguien proponga la autofinanciación de los sindicatos. Si decían que la Iglesia la financien los católicos, perfecto, que los sindicatos los financien los sindicalistas
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