Seguro que todos aquellos a los que sus obligaciones laborales les obligan a comer fuera de casa agradecen este tipo de iniciativas. Sin embargo, resulta desolador comprobar cómo se las tiene que apañar una pyme para salir a flote del agujero sin ayuda ni financiación de nadie, casi regalando la comida y su propio trabajo.
Que les aproveche a todos mientras dure.
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