El suceso acontecido ayer en la localidad madrileña de Loeches, donde un empresario amenazó con quemarse a lo bonzo por culpa de un moroso ayuntamiento que le adeuda 450.000 euros, es una muestra de la jungla en la que se ha convertido la administración local, por no extender dicha calificación al resto de administraciones. Y mientras, el Estado regalando dinero para chapuzas de tres meses y para carteles publicitarios.
La guardia civil, al final, en vez de llevarse detenidos a los morosos, detuvo al arrepentido suicida por escándalo público. Aunque sólo sea la punta del iceberg, es vergonzoso y digno de lo que somos, un país bananero.
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