Aunque el Fondo de Garantía Salarial, dependiente del ministerio de Trabajo, no tiene la culpa de ello –es un simple organismo- sigue aumentando su gasto; un indicativo más de que las cosas van mal, y de que irán peor.
Desgraciadamente, parece que nadie está en disposición de hacer nada para invertir la tendencia. Eso sí, para hacer previsiones se las pintan solos, aunque ninguna sea cierta.
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