La aseguradora AIG, salvada de la quiebra por la Reserva Federal, está como loca vendiendo activos para poder pagar la barbaridad de millones que le prestó el erario público estadounidense.
En esta situación, ha decidido –o ‘le han decidido’- sabiamente no prorrogar el contrato de patrocinio con el equipo de fútbol del Manchester United. Un dispendio que nadie hubiera comprendido en un contexto como este.
Ojalá que las entidades ‘rescatadas’ en España, por mucho que digan que no les hacía falta, devuelvan todo lo que nos dicen que no les han dado. Imagino que nunca lo sabremos. En cualquier caso, siguen patrocinando ‘historias’ y gastando en publicidad como si tal cosa.
Y el dinero sin llegar a pymes y ciudadanos.
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