Por fin se han dado cuenta de que las necesidades de los parados suelen coincidir con las de la población activa. Si esta última suele cobrar sus nóminas a final de mes, en algunos sectores, incluso, bastante antes del último día, no era comprensible que los perceptores de la prestación por desempleo tuvieran que esperar hasta bien entrado el mes siguiente.
Un acierto del Ministerio de Trabajo.
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