La sentencia que ayer conocíamos contra un azafato de la compañía Futura por denigrar a una compañera de trabajo es una magnífica noticia para tratar de minimizar este tipo de conductas. Sin embargo, sería recomendable unificar criterios a la hora de juzgar estos delitos, pues se corre el riesgo de que los procesos se conviertan en una subasta entre las partes, con el juez y el fiscal de espectadores.
No sabemos qué le pasó a la compañera de delito del condenado, de nacionalidad holandesa. ¿Habrá sido procesada? ¿Estará libre y sin cargos?
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