Es la madre de todos los males que, en la actualidad, estamos padeciendo las empresas y los trabajadores, víctimas de su intratable frialdad.
Lo malo de la situación es que, según parece por lo que estamos viendo, ninguna de las soluciones que se están tomando parece que sean lo suficientemente atractivas para poner fin al alarmante descenso que vivimos.
¿Estará acabado el actual modelo económico?
Esperemos que no.
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