Por fin vemos en el lado contratado al ministro de Trabajo; y es que parece ser que comienza a tomar por los cuernos al toro de la inmigración -ese que tan mal toreó su antepasado Caldera- con medidas tendentes a facilitar el retorno de inmigrantes a sus países de origen y a dificultar el reagrupamiento familiar de los mismos en España.
Que nos costará dinero es seguro, pero bien pagado estará si con ello se consigue aliviar el excedente de mano de obra procedente de la crisis inmobiliaria y constructora.
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