Con independencia de que cualquier ERE debe ajustarse a los requisitos legales exigidos para que pueda ser admitido por la administración correspondiente, llama la atención el exceso de celo del ministro Corbacho y de la consejera catalana de trabajo Mar Serna por “mirar con lupa” y “caso por caso” los expedientes de regulación de empleo presentados por conocidas empresas ante la falta de suministro por la huelga de transportes.
A estos dos políticos se les debe exigir el mismo celo y la misma lupa para garantizar el derecho al trabajo de los que sí quieren trabajar, el 80% del sector, y así garantizar el suministro a esas empresas desabastecidas; sólo así eliminarán de un plumazo las sospechas de oportunismo regulatorio por parte de estas compañías.
También se les debe exigir, como funcionarios públicos que son, el mismo celo y la misma lupa en todas y cada una de las solicitudes de ERE que llegan a sus despachos, independientemente del momento, lugar y circunstancia económica o política.
De UGT poco se puede decir, salvo que no se les ha oído todavía ninguna opinión sobre los piquetes informativos armados hasta los dientes y el intento de cremación de un trabajador que descansaba en el interior de su vehículo. Al menos CC.OO., muy tímidamente, algo ha criticado a esos salvajes homicidas.
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