El reto al dirigir equipos es conseguir que sus miembros se levanten cada mañana, con la intención de poner el 100% de su esfuerzo y energía en su labor. Pero además es importante lograr que pongan el corazón, aunque esto sea más complicado. Cientos de miles de personas llegan día a día a su puesto de trabajo sencillamente con la idea de cumplir, por ello los profesionales que ponen el corazón en lo que hacen, terminan marcando la diferencia.
Así lo explica el experto en liderazgo y director de INFOVA, Gonzalo Martínez de Miguel, que afirma que “el objetivo de todo directivo sería conseguir que el equipo esté tan involucrado en el proyecto, que sea tan consciente de lo que da sentido a la empresa, que quiera poner toda su energía en el desempeño de sus tareas”. Para lograrlo comenta que muchas veces se dice que la clave es la motivación, pero a su juicio, hace falta algo más que eso. Según explica se trata de la inspiración y añade “la gente da el 100% cuando considera que su esfuerzo tiene un sentido, vale para algo significativo”.
Sobre este aspecto advierte que “muchos consideran que la facilidad para encontrar el sentido del trabajo depende del tipo de tarea que se realice y que, evidentemente, no es lo mismo cuando se trabaja en una ONG o en un hospital, que en una compañía relacionada con temas en principio menos sociales”. Pero Gonzalo Martínez de Miguel explica que su experiencia formando a equipos, en todo tipo de empresas, es que incluso en los trabajos en los que aparentemente es más fácil encontrar inspiración, también es posible olvidar el sentido profundo de lo que se está haciendo. Y al revés, trabajos donde el sentido de lo que hacemos es en principio más difícil de ver, están llenos de sentido si nos tomamos la molestia de buscarlo.
Por este motivo, parte de la obligación de un jefe es tener una conversación con los trabajadores en la que se verbalice y se recuerde, por qué están aquí, por qué es importante hacer un buen trabajo y cómo se puede marcar la diferencia en esa función. Con respecto a estas cuestiones, explica que es un error dejarse llevar por respuestas del tipo, “estamos aquí para ganar dinero”, porque según afirma, esa afirmación no es algo que inspire. “Está claro que todos trabajamos en parte para obtener un rendimiento económico, pero hay otras razones que se deberían destacar” añade el experto. En este sentido comenta que, al margen de tener un sueldo, quien trabaja en un banco, está ayudando a que una familia pueda comprar una casa; quien trabaja en un restaurante, está creando las condiciones para que una familia se reúna en una celebración; en el caso de una consultora se asesora jurídicamente para que, por ejemplo, una empresa pueda abrirse camino en el extranjero; el que vende coches no solo vende un vehículo, está participando en uno de los procesos más importantes de la vida familiar, etc.
Es importante entender el sentido profundo de lo que se hace, y ver como esto contribuye a conseguir el objetivo general de la empresa, a la calidad de vida de las personas, a la seguridad o el bienestar general. Por ello a nivel personal comenta “la clave es preguntarnos de que manera nuestro trabajo bien hecho contribuye a hacer un mundo mas digno. Un mundo más amable, más justo y mas efectivo. Si tu trabajo no contribuye de ninguna manera a mejorar el mundo en el que vives, deberías pensar en cambiarte de trabajo. Insisto, esto no tiene que ver con a que te dedicas, se trata de querer encontrar el sentido a lo que haces”
Y para todos aquellos que son jefes, apunta que lo más indicado sería:
- Reunir al equipo y tener esta conversación. Preguntar directamente “¿De qué forma se está ayudando a hacer un mundo mejor?”.
- Preguntar “¿Para qué?” en lugar de “¿Por qué?”. Preguntar el “para qué” de las cosas conecta con el futuro. El “por qué” conecta con el pasado, con las justificaciones y las excusas. Un líder del siglo XXI pregunta muchas más veces “¿Para qué?” que “¿Por qué?”.
- Ser un buen referente. Hay pocas cosas mas inspiradoras que un jefe admirable.
- Introducir el sentido de lo que hacemos en las conversaciones de gestión. Usarlo como argumento para explicar por qué hacemos las cosas.
- Buscar historias de éxito de tu empresa que concreten en personas y casos concretos, el sentido de lo que es vuestra labor.
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