Hoy, 20 de marzo, es el Día Internacional de la Felicidad, y por ello contamos con Margarita Álvarez, Directora de Marketing y Comunicación de Adecco, como colaboradora de excepción para hablarnos de felicidad y trabajo:
Según la Real Academia Española, la felicidad es “el estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien”. Desde aquí me atrevería a añadir dos palabras a esta definición: tan satisfactorio, “ese estado de ánimo tan satisfactorio”. Sobre el tipo de bien que nos hace llegar a ese estado creo que puede ser de lo más variado: un trabajo que nos haga sentir realizados, un ambiente laboral satisfactorio, compañerismo, reconocimiento profesional, formación, la familia, etc. Hoy es 20 de marzo, el Día Internacional de la Felicidad, de ese estado de ánimo tan satisfactorio. Sin duda, un motivo para celebrar ya que, no lo olvidemos: las celebraciones nos hacen felices.
Y sí, nos hace falta un Día de la Felicidad porque, como escribía Antoine de Saint-Exupéry “lo esencial es invisible a los ojos” y eso puede llegar a pasarnos con nuestra propia vida. Continuamente se nos olvida cuidarnos; sentirnos bien y satisfechos; celebrar nuestros logros y, ¿por qué no?, nuestra suerte. Condicionamos nuestro bienestar, buscamos culpables o excusas para, en definitiva, no desarrollar el trabajo que requiere ser feliz. El esfuerzo es mínimo y el retorno de “nuestra inversión” es enorme, pero, aún así, se nos olvida fácilmente.
Después de años de ejercicio profesional analizando la felicidad desde diferentes perspectivas, creo que la felicidad hay que trabajarla cada día y en todos los ámbitos de nuestra vida. Y es muy importante en la esfera personal pero no lo es menos en el ámbito profesional donde las empresas en general, y los responsables de recursos humanos en particular, pueden hacer mucho por las personas. Poner en marcha iniciativas sencillas que ayuden a la plantilla a “entrenarse” en felicidad es uno de los proyectos más gratificantes a los que nos podemos enfrentar.
Cada día, vemos a personas que salen de la oficina angustiadas, sobrepasadas por las preocupaciones y los problemas, en definitiva, cargadas de negatividad. Tendemos a asumir que así es como debe ser, pero tiene tanto de mito como que solo puede encontrarse la felicidad en esa isla paradisíaca si te ha tocado la lotería. Sin ánimo de pecar de exceso de optimismo, existen buenas prácticas que pueden ayudar a quienes quieren ser felices a ejercer. Algunas tan sencillas como practicar el pensamiento positivo y poner el foco en lo positivo.
Me niego a pensar que una persona puede aguantar un tercio de su vida, trabajando 8 horas diarias, sin ser feliz. Vivir amargado en la oficina o en la fábrica y después cerrar la puerta y saber disfrutar fuera. Me niego. Para que esto no ocurra, la empresa puede poner en práctica muchas iniciativas pero, no nos olvidemos, que la labor principal está en cada uno de nosotros. Además de lograr ese estado de ánimo satisfactorio del que hablaba al principio, ser felices nos hace ser mejores profesionales. Por ello, celebremos la felicidad hoy, mañana y siempre.
@MAPdeZabalza
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