“Nunca he cogido un día de baja”, “voy pronto al trabajo”, “siempre he obedecido a mi jefe”, “he perdonado vacaciones” eran las frases favoritas de mi abuelo. Mi abuelo, superviviente de la cruenta guerra civil, trabajador incansable que invirtió hasta el último de sus minutos en sacar a su familia adelante, era un ejemplo más de una generación de españoles que trabajaron, trabajaron y trabajaron, luchando por dejarnos un país próspero y con futuro. Lo consiguieron.
Dos generaciones más tarde, y con el confort de un gran país como herencia, la empresa me asigna un coach para desarrollarme profesionalmente. Podré ser directivo, y así aportar todavía más a la empresa y a la sociedad, como mi abuelo ¡qué contento estoy! En mi primera sesión, mi coach me dice que no hay que darlo todo, que no hay de desfondarse, que tengo que ser más egoísta y aprender a sobrevivir en este mundo lleno de amenazas y codicia, que desconfíe de mi jefe y que luche porque el jefe de mi jefe me conozca de primera mano. Que debo aprender a saber nadar y guardar la ropa al mismo tiempo. Al escucharlo tengo la sensación de oír verdades contundentes: eso es exactamente lo que me está pasando, mi coach tiene razón, me están explotando y no he de desfondarme para ver engordar a mi jefe. Para crecer profesionalmente, tengo que trabajar menos pero invirtiendo más en el escaparate. ¡Qué ingenuo soy!, ¡cuánto más trabajas más te alejas de ser un gran directivo!
Tras varias sesiones con mi coach llegó la Navidad, y con ella el reencuentro con mi abuelo. Todo el mundo sabe que la relación abuelo – nieto es especial: ni el uno tiene la necesidad de educar, ni el otro la prudencia que impone ser juzgado, así que la relación es muy sincera. Le cuento lo contento que estoy con mi coach, y cómo me ha cambiado la vida: no hay que trabajar más, sino montar mejor el escaparate.
Seguramente querido nieto, me dijo mi abuelo, ese señor que ha puesto la empresa para tu desarrollo profesional tenga mucha experiencia en el mundo de los tiburones financieros, de la empresa moderna, y de la gestión de redes sociales; seguramente su objetivo sea que llegues a ser un gran directivo, por eso te habla del escaparate. Sin embargo piensa: ¿te gustará ser un gran directivo de una empresa en la no te puedas fiar de tu jefe?, ¿te gustará estar en una empresa en la que todo el mundo se dedique a venderse delante del jefe de su jefe?, ¿te gustará estar en una empresa en la que uno de los principios sea no desfondarse trabajando? Piensa que la empresa eres tú, y que ese señor quizá quiera que seas un gran directivo a costa de lo que sea para que sigas contratando sus servicios. ¿No ves que te ha embaucado?, ¿por qué tu empresa ha contratado a un mal profesional?
El coaching es una técnica de desarrollo profesional basada en el desarrollo personal. Como todas las técnicas que trabajan sobre las personas tienen una gran potencia de desarrollo, y un gran riesgo de empujar al abismo.
Ahora coaching hace cualquiera, pero no es lo mismo un coach que la charla con un amigo; al igual que no es lo mismo elegir que seleccionar, dar clase que formar, o repartir dinero que compensar. Las empresas deben tomarse en serio de una vez los recursos humanos y asignar sus tareas a verdaderos profesionales. Rememorando a Maurice de Montmollín, en su obra Los Psicofarsantes, de 1972, “la selección no es, con frecuencia, más que una broma de mal gusto; el entrenamiento una ilusión costosa; la sabia ergonomía, una aguja en un pajar; el registro del personal y la evaluación de los puestos de trabajo, ritos burocráticos”. Y yo me pregunto, si hemos avanzado tan poco en estos 40 años, si seguimos cuestionando la validez de los sistemas para desarrollar a los profesionales, ¿no será que debemos dejar en manos de los mejores especialistas en personas las áreas que corresponden a las personas? Como decía mi abuelo todos debemos pensar que la empresa eres tú, y todos querríamos que nuestra carrera la gestionase el mejor profesional.
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10 comentarios en «Embaucoachdores»
Cuando leí «En la primera sesión mi coach me dice…» ya me di cuenta de que era un mal profesional. Los coach no dicen, no aconsejan, no dan su opinión ni te proponen lo que tienes que hacer. Las preguntas que te hizo tu abuelo son más de coach que todo lo anterior.
Efectivamente, la empresa no hizo un buen trabajo al seleccionar al coach. Eso no quiere decir que el coaching no sea una fantástica herramienta para el desarrollo personal.
Muy buenas Lorenzo,
Estoy completamente de acuerdo con lo expuesto, creo que hay ciertos pseudo profesionales que ejercen desde una visión personal y no profesional.
Yo no soy un gran experto en la materia pero si me preocupo de estar un poco actualizado en el mundo de los RRHH, el desarrollo profesional, el coaching, etc… Y desde mi humilde punto de vista, creo que la potencia del Coach o facilitador, no está, precisamente, en dar ningún consejo, sino en guiarte para que al final seas tu mismo el que te aconsejes. El Coaching parte de la base de que tu ya tienes las herramientas para solucionar un problema, solo que no has sabido ponerlas a disposición de ese problema.
Además es curioso que una entidad que se preocupa por desarrollar a sus empleados, quiera unos empleados recelosos y «trepas». En la poca experiencia que tengo, las sesiones de Coaching reales que contratan empresas comprometidas con sus trabajadores, afianzan y mejoran el trabajo en equipo, no promueven el individualismo y la perdida de la misión, visión y valores de la empresa.
En definitiva, muchas gracias por compartir tu «mala» experiencia con el mundo del Coaching, espero que después de mi replica puedas tener una visión, más real del Coaching y que finalmente consigas un gran desarrollo personal y profesional y seas una de las personas clave para tu empresa.
Un enorme saludo,
José Manuel Morcillo
Gran verdad, amigo Lorenzo.
El que deja la función, se mete a coach.
¡Viva el MENTORING!
Es otra cosa.
Buenos Días Lorenzo,
siento leer lo que has publicado, aunque te confieso que no es la primera que alguna persona me ha comentado que ha tenido una experiencia parecida. Espero que esta mala experiencia no te haga calificarnos a todos los profesionales que nos dedicamos al coaching de la misma manera, porque como en todas los campos hay expertos muy bien preparados que consiguen resultados excelentes y «embaucoachdores», que nos perjudican a todos, tanto a sus clientes como a los demás profesionales.
Siempre me pregunto en qué medida están preparados los profesionales del coaching para afrontar lo que se sale de lo esperado. ¿Qué es lo esperado? Cómo ajustar expectativas, superar miedos, moldear la autoimagen, afrontar decisiones… ¿Pero qué hace cuando se tiene que enfrentar con pensamientos paranoides, con depresiones emergentes, con conductas inadaptadas…? En este caso, los resultados fallidos de una mala práctica no desembocan en un simple «Pues no ha funcionado, qué le vamos a hacer», sino que generan una situación mucho peor de la que se parte. Y aquí hay mucha tela que cortar…
Estimado Lorenzo,
quizas debes analizar el por qué del enfoque del coach en tu formación…
me da a mi que ese coach ha hecho bien sus deberes y realizo un estudio a tu empresa…seguramente ha visto empresa de servicios, de corte familiar, con cultura empresarial y profesionales de la vieja usanza…y en ese tipo de empresa la promoción se suele realizar asi…premiando al que destaca frente al que trabaja…
Un 10 para tu coach!!!
Gracias Lorenzo, una gran verdad y un problema real que está afectando a muchas personas por el mal uso que realizan las empresas a través de esta herramienta tan poderosa, que usada de forma responsable y profesional puede hacer mucho bien. Entrenamiento y acompañamiento para el crecimiento personal, la gestión inteligente de la emociones y la toma de conciencia debe ser elegida, no impuesta. Este tipo de acompañamiento NUNCA ha de ser una obligación demandada por terceros para manipular la conciencia y la libertad de elección de una persona. Partiendo de este principio básico, el Coachee debe ser el único responsable de sus acciones y de sus respuestas… el coach simplemente ejerce como facilitador que ayuda, sin involucrarse en el proceso de reflexión, a hacer pensar a las personas que voluntariamente desean cambiar o mejorar aspectos de su vida (profesional o personal). Siendo estrictos con el concepto el coaching, podemos decir, y así opino, que no es una técnica para ser usadas por las empresas, debe y es un apoyo personal de elección voluntaria.
Tu abuelo, como tantos otros, que razón la suya.
¿Es el coaching una técnica para hacer negocio? o ¿O un talento puesto al servicio de los demás?
Gracias por compartir.
Un abrazo,
Felipe
Que gran verdad!!. También opino que en muchas empresas sirve mucho más para posicionarse en puestos directivos, una buena campaña de auto marketing, que la trayectoria profesional real.
En muchas ocasiones, para determinados responsables, se cálida más lo que se dice en los corrillos de un profesional que lo que dicen las evaluaciones profesionales de los mismos. Saludos
Coincido con Gema Sancho en que el coach que te han asignado no parece un buen coach por los motivos que ella explica.
Felicidades por un gran artículo, he disfrutado leyéndolo.
Un saludo.
Obviamente, éste es un claro ejemplo de un mal coach, algo que los profesionales que amamos y respetamos esta profesión tenemos que intentar evitar para construir y generar confianza en esta maravillosa vocación. Para ello hay que prepararse, formarse, y tomarlo con toda la seriedad y rigurosidad que exige trabajar por y para las personas, contribuyendo a su desarrollo.. Es una gran responsabilidad, ojalá tengamos siempre eso en mente..
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