Esta pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de una buena planificación y gestión de la comunicación interna en nuestro modelo organizacional.
La descentralización del puesto de trabajo forzada y repentina supuso un gran impacto para muchas personas que tuvieron que adaptarse sin previo aviso y en muchos casos sin soporte técnico, sin conocimientos digitales y sin una planificación.
Sin lugar a duda, esto supuso un impacto emocional difícil de gestionar por parte de organizaciones y empresas que no contaban con una planificación para poder implementar sistemas de teletrabajo. Este trabajo en remoto ha traído un cambio significativo en nuestra forma de relacionarnos dentro de la organización.
Muchos negocios y organizaciones han visto la necesidad de adaptarse, pero sin un diseño de estrategias de comunicación interna e implementación de las herramientas adecuadas.
No obstante, ha sido una oportunidad para fortalecer la misión, visión y compromiso de la organización con sus colaboradores para aquellas organizaciones que sí otorgaron a la comunicación interna la importancia necesaria previamente a la pandemia.
Y en estos casos, esta comunicación interna ha jugado un papel fundamental. Para mantener a nuestro equipo motivado, con una estrategia de mensajes positivos, empáticos, siempre primando el bienestar de sus colaboradores. Me refiero a empresas preocupadas por la salud mental y bienestar familiar de sus equipos.
Además, la empresa debe convertirse en la fuente oficial y confiable. Un colaborador que no tiene la información directa, pierde la confianza y credibilidad en la organización que representa. Necesitamos mensajes directos y claros para ser interiorizados.
Otro factor importante será la estrategia de competencias y habilidades. Para ello, tendremos que tener diseñada una estrategia de formación y líderes en equipos, frente a procesos de transformación cultural y digital de la organización o negocio. Líderes que ayudarán y potenciarán estas habilidades en sus equipos, para conseguir así personas motivadas.
Es difícil romper estructuras jerárquicas, pero la cultura horizontal será la mejor forma de fomentar la participación de equipos, recibir propuestas y retroalimentación. Y construir de esta forma, un sistema integral de gestión y resistencias al cambio.
Esta adaptación a sistemas de teletrabajo nunca antes pensadas en determinadas organizaciones y negocios han sido como digo, una oportunidad y una apuesta por la digitalización corporativa. Empresas que han entendido que es necesaria la transformación cultural, acompañada de un buen plan de comunicación interna.
Esta apuesta ha permitido la reinvención de determinados sectores que a pesar de la distancia y descentralización, se han adaptado y han aprovechado las ventajas como la flexibilidad, el fomento de la creatividad y la participación entre los miembros de sus equipos.
Según un estudio de ADECCO un 77% de los encuestados pide una mayor flexibilidad laboral como consecuencia de la crisis sanitaria. Este informe concluye que el trabajo en remoto ha pasado a ser “la primera opción tanto para empleados como para empresas tras la pandemia”.
El importante incremento de empresas que han incorporado esta modalidad durante la pandemia es una realidad. El número de usuarios nuevos en plataformas de trabajo y proyectos colaborativos, redes sociales corporativas, plataformas de videoconferencias o mensajería para grupos ha aumentado considerablemente.
Sin lugar a duda, estamos ante un nuevo escenario en entornos laborales que ha cambiado patrones de trabajo de numerosos negocios y organizaciones. Las previsiones apuntan a que la transformación digital y el teletrabajo avanzará en los próximos años a un ritmo vertiginoso.
Sin embargo, este nuevo modelos de trabajo y avance tecnológico debe de ir acompañado de una gestión del cambio y cultura y de flexibilidad organizacional. En este contexto, será necesario una responsabilidad social, otorgar importancia a las relaciones personales en las empresas y a la comunicación entre socios, colaboradores, líderes y agentes relacionados con la organización.
Para este nuevo escenario el papel de la planificación en el área de la comunicación interna será un elemento imprescindible. Debemos entenderlo como la herramienta que ayudará a establecer vínculos a pesar de la distancia, mejorar la productividad y favorecer estados de ánimo positivos y fomentar también la motivación de equipos.
No podemos olvidarnos de la conciliación, flexibilidad, confianza y bienestar de las personas que trabajan en nuestras organizaciones.
Gracias a mi experiencia en el desarrollo de estrategias y planes de comunicación en instituciones y empresas puedo asegurar que para conseguirlo necesitamos planes estratégicos en comunicación interna e implicar a todos los miembros de una organización independientemente del cargo que ocupen.
Y cada día estoy más convencida de que no es una cuestión de tecnología, herramientas o medios únicamente, sino de un cambio de cultura empresarial. Apostar por una buena gestión de la comunicación interna, no va a ser una opción, sino una necesidad. Será el gran reto al que se tendrán que enfrentar muchas empresas para mantener equipos cohesionados a pesar de la distancia en tiempos de pandemia.
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